domingo, 16 de agosto de 2015

¿Por qué no debemos arrojar basura en cualquier lado?

Popote de plástico de 10 centímetros de largo provocó el sufrimiento de reptil marino.
Ciudad de México – Mientras realizaba un proyecto de investigación en Costa Rica, el biólogo marino británico Nathan J. Robinson, retira un popote de plástico [material no biodegradable] de 10 centímetros de largo, que se incrustó en su totalidad en la fosa nasal de una tortuga marina golfina.
A bordo de una embarcación, los científicos británicos le retiraron el popote de la nariz a la tortuga y grabaron todo el suceso en un video que contiene fuertes escenas.
La grabación muestra el momento en que el popote de plástico es retirado de la nariz del animal en peligro de extinción y fue publicado por los científicos para advertir sobre los peligros del vertido de basura en el mar.
Christine Figgener, biólogo de campo con un interés de investigación en la conservación, filmó la operación de extracción, misma que duró 8 minutos, y que dejó sangrado tortuga, además de hacer una mueca de dolor.
El grupo se sorprendió al darse cuenta de cuán profundo se metió el popote en la nariz del animal marino.
Figgener y sus compañeros estaban en un viaje de investigación acuática en Guanacaste, Costa Rica, cuando encontraron una tortuga macho golfina mar (un tipo de tortuga verde de mar), con lo que al principio pensaron que era un gusano parásito enterrándose en su nariz.
Después de debatir qué hacer, decidieron quitarlo con una navaja suiza, la única herramienta que tenían disponible en el barco. Además, tuvieron que utilizar pinzas para quitar el popote.
“Estábamos en el océano, a un par de horas de distancia de la costa y varias horas de distancia de cualquier equipo veterinario y de rayos X”, dijo Figgener al diario The Telegraph.
Ellos sabían que incurrían en algo ilegal, ya que sus permisos sólo les permitían realizar investigación científica, no prácticas veterinarias.
Muchos usuarios de redes sociales han reaccionado de forma negativa, diciendo que los biólogos fueron crueles y causaron más dolor y malestar a la tortuga marina, que si no le hubieran quitado el popote, dice el rotativo.
“El sangrado se detuvo casi inmediatamente después de la retirada del popote”, dijo Figgener. “[La tortuga] obviamente no disfrutó el procedimiento, pero esperamos que ahora sea capaz de respirar con más libertad”.
Figgener también aseguró que la tortuga se recuperó lo suficiente antes de que la liberaran de nuevo en el océano: “La desinfectamos con yodo y mantuvimos a la tortuga en observación, antes de liberarla de nuevo en la naturaleza”.
El estudio más reciente estimó que las tortugas marinas verdes son 50 por ciento más propensos a ingerir algún tipo de plástico que hace treinta años. A menudo estos plásticos pueden conducir a bloqueos, infecciones y a la muerte de estos animales marinos.

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FUENTE: eldiariony.com

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